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Mostrando entradas de octubre, 2023

Especial Halloween 2023 -Encrucijada sanguinolenta-

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  A Carlomagno le hablaron de ello por activa y pasiva. Le hablaron voces amigas y voces anónimas sobre lo que allí podría encontrar. Incluso cuando menos se esperase la razón podría fragmentarse lo mismo que la tierra después de un terremoto.  Buscó entre sus cosas algo de valor sentimental ¿por qué? Según información obtenida de afables lugareños (calentados por el vino) el objeto en cuestión debía ser arrojado en la encrucijada de caminos antes incluso de poner pie en la misma. La razón para ello no le había quedado clara porque básicamente no prestara la debida atención…  Trataron de advertirle de lo temerario de su empresa, buscaron sin éxito disuadirlo con  historias sufridas en carnes propias por lugareños y forasteros. Vecinos tales como el panadero, en cuestión de semanas había perdido la vista, el oído y el habla; el carpintero, victima de un siniestro en el monte que se cobró sus piernas; el cabrero cuyo cuerpo sin vida amaneció en la cuadra, pisoteado por sus cabras o el he

Réquiem

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Lejos quedan ya instantes próximos a la epopeya más obsoleta de dos almas en espíritu errante clamándole a la eternidad segundas oportunidades. Cuando cae la noche visitas divagantes nos acompañan entre males venéreos y huesos descoyuntados; entre dudas razonables y miedos cervales a la superstición...  El acertijo más complejo, las mejores tramas televisivas o algún personaje divergente, todo esto pueda ser susceptible de hacer volar al que en absoluto ha volado. Guarda silencio en presencia irrisoria, cariacontecida por la salida de la luna. Desde que llegaste, tú, desacertada melancolía, heme erguido aquí menoscabando arrojos. Tal vez mañana algunos distinguidos podáis esnifaros otro amanecer en cambio yo sólo puedo prometer que haré callar al silencio…  El Ave Fénix grazna exabruptos de vestigios arcaicos e infumables. Ahora ave celestial y más tarde arpía desnutrida. No temáis represalias del repatriado ni ironías del paria pues ambos pescan en aguas de fronteras religadas.  Grita

El visitante

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  Aquel insólito individuo vestido de negro cerró la puerta del coche sin reparar en nada más. Antes de meterse en la boca un par de mentolados apuró el contenido de la botella y después la arrojó tan lejos como pudo, estrellándola contra la pared de la farmacia. Le gustaba beber, algo que puede llegar a ser un problema como otro cualquiera. Ni se sentía orgulloso ni pediría disculpas por ello.  La noche cobijaba cuatro gatos en el interior de cuatro vehículos difuminados bajo el fuerte aguacero. Cuatro habitáculos rodantes con historias diferentes; cuatro vidas esperando con ansia la luz verde del semáforo.  Llovía a mares, cualquier podría pensar en la rabia del cielo desparramándose sobre aquella tierra de herejes. Incluso los más aprensivos interpretarían en tan adversa climatología algo así como el preámbulo al fin de los tiempos.  Cada gota parecía traer una lupa de serie con la cual observaba impávido los detalles más inconfesables de cada hijo de vecino. Pero siendo realistas y

Reflejos de cristal

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  -¡Cómo pasa el tiempo! -Dijo doña Lupita con voz apagada-. Hoy estoy un poquito más estropeada que ayer.  -Sí querida, la vida no se detiene a echar la vista atrás -contestó la mujer sentada frente a ella-. Aún así creo que esta mañana te ves bien.    Doña Lupita era una mujer, por decirlo así, chapada a la antigua. Una abuela al uso que cualquiera imaginaría entre fogones y demás labores del hogar. Cabello vasto y níveo recogido en un laborioso moño cruzado por dos largas agujas de madera. Nariz aguileña; ojos verdes piadosos y penetrantes. Frente perlada por gotas de sudor, arrugada por el devenir estacional. Mejillas coloradas, pintadas a capricho en un lienzo dispuesto sobre el caballete de su rostro añejo. Labios agrietados, mentón afilado, dentadura postiza y grandes orejas engalanadas con dos pendientes bañados en oro.    -Para tener noventa y un años puedo decir, en general, que sí, estoy bien -contestó doña Lupita, esbozando una sonrisa apagada.  -¿Qué tal están