Mala gente

En realidad tanto sus nombres como la condición de cada uno de ellos carecen de importancia. Viejos escritos rescatados por este que les escribe, tras un tumultuoso sueño, aseveran que son donantes de dolor intrínseco y petulantes infectos, hórridos hechos de mala carne y sangre. ¡Por supuesto! Así son las gentes y las personas, fragmentos sin pulir, a mala fe, injertados en el ADN. Sanctasanctórum donde peregrinar por pura conveniencia; digamos que para lavar conciencias… ¡Ay! Si tuviésemos de eso y sí, me incluyo. Dignos herederos de aquellos primeros hombres que supieron tornear el arte de la mentira y del cinismo. ¡Qué gran escuela! Cicatrices sobre yagas y fístulas quebrando el disfrute del neo amanecer. Este no se asoma por miedo a alumbrar aquello que mejor debería permanecer en penumbras. Las cosas malas siempre le pasan a la buena gente ¿por qué será?... ¿Quién mueve el árbol? ¿Qué les aguarda a resguardo en el ...