Espeluznante -noveno acto-

Intentaba hacer memoria condensando puñado y tres cuartos de recuerdos apelotonados en su cabeza. Trataba de recordar el cómo y el porqué de tan precaria situación mas su sesera permanecía cerrada como una ostra. Tal vez fuese así para evitar daños mayores porque ocasionalmente el olvido es la verdadera medicina. Podría decirse que es como un telar tupido, grueso y pesado estirado hasta dar de sí, separando entre sus hebras nuestra cordura de nuestras pesadillas. Tampoco recordaba cómo había llegado hasta allí. Objetivamente desde el día antes no recordaba nada. Confundida y asustada su pronta biografía, escrita de su puño y letra, hablaba de cierta señorita y sus peculiares circunstancias personales. De ninguna manera podía tratarse de ella y muy a pesar de los pesares así era… Encuclillada en aquel destartalado bote miraba la vía de agua ubicada en popa. ¿Cómo narices había llegado hasta allí? Lo único claro dado lo evidente de la cuestión era que a su alrededor ...