10 intentos para acabar con mi esposa

Después de casi veintidós años he decidido divorciarme de mi mujer. Pero nada de divorcio al uso. He tomado la firme decisión de acabar con ella por la vía del asesinato premeditado. Aquí dejo por escrito diez intentos por acercarla al Creador. Tal vez en un futuro me sirva para no cometer los mismos errores. Comencemos. Primer intento: Caída accidental de maceta. No estaba muy ducho en esto de asesinar y menos a la peinabombillas de mi parienta así que comencé con un clásico: la maceta que “accidentalmente” cae desde las alturas. —Calvo barrigón bajo a comprar mi revista de cabecera —me espeta la foca de mi señora con voz de pito atragantado—. ¡Ah! Mamarracho, no te olvides de regar los geranios y en lo que llego pasa la aspiradora… —Sí, mi lucero, no te preocupes que regaré tus plantitas y pasaré la aspiradora por cada esquina y por cada rincón… La pelazarzas de mi esposa es fea, sí, muchísimo. Tan fea que cuando se acuesta los monstruos se asoma...